martes, 30 de julio de 2019

DE AQUI A SEPTIEMBRE...O NOVIEMBRE


Durante el largo y tenso período de negociaciones previas a la fallida sesión de investidura del candidato socialista Pedro Sanchez, el líder de Unidas Podemos Pablo Iglesias llegó a ofrecer un compromiso por escrito de lealtad institucional de “su” grupo a un hipotético gobierno de coalición entre ambas formaciones.

Este compromiso de Pablo Iglesias incluiría presuntamente a los cuarenta y dos actuales diputados de su grupo y serviría no sólo para la investidura del presidente socialista sino también para la gobernabilidad durante toda la legislatura en lo referente, por ejemplo, a la cuestión territorial y el conflicto con Cataluña, el mantenimiento del principio de la estabilidad presupuestaria, etc., etc.

Independientemente del grado de confianza o desconfianza que Pedro Sanchez pudiera tener respecto a Pablo Iglesias a nivel personal (que no es poca), la realidad es que probablemente esa desconfianza fuera todavía mayor respecto a su heterogéneo Grupo Parlamentario.


El Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos, En Comú Podem y Galicia en Común (éste es el nombre con que figura inscrito en el Congreso) está formado por 42 diputadas y diputados, electos por diferentes circunscripciones provinciales.

¿De verdad alguien cree que Pablo Iglesias estaba (y no digamos Pedro Sanchez) en condiciones de asegurar que todos los diputados del grupo parlamentario de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común cumplirían día tras día ese compromiso de lealtad institucional, en todas y cada una de las importantes cuestiones que deberían ser afrontadas a lo largo de la legislatura?
Por lo que se refiere a la sesión de investidura puede incluso que esa hipótesis fuera creíble. Sobre todo porque no había otra alternativa que unas nuevas elecciones generales con unos resultados previsiblemente nefastos para Unidas Podemos.

Pero con la perspectiva ampliada a los cuatro años de legislatura, la cosa cambia notablemente.

Por ejemplo, los siete diputados de En Comú Podem que resultaron electos gracias a un pacto preelectoral  entre Unidas Podemos y Cataluña en Comú, la formación presidida por Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.


En ese contexto, ¿qué grado de influencia determinante tiene Ada Colau sobre cada uno de los siete diputados de En Comú Podem?
Es decir, ¿cuántos de los siete diputados de En Comú Podem seguirían escrupulosamente el compromiso de lealtad institucional que ofrece Pablo Iglesias y cuántos se inclinarían por seguir las posiciones de Ada Colau?

Y las dudas no se acaban ni mucho menos en el imprevisible comportamiento futuro de parte de los diputados catalanes de En Comú Podem.

Efectivamente, seis de los cuarenta y dos diputados del supuesto Grupo Parlamentario de Pablo Iglesias pertenecen claramente a Izquierda Unida, cuyo líder es Alberto Garzón.



Tras la fracasada investidura de Pedro Sanchez parece que las bases (y la

misma dirección de IU) se han mostrado favorables a la negociación de un

programa común con el PSOE dejado de lado la posible participación en un

gobierno de coalición. Solución “a la portuguesa”

¿Cuáles y cuantos de los diputados de IU seguirían al pié de la letra durante cuatro años y en todas las cuestiones el compromiso de lealtad institucional que asegura Pablo Iglesias y cuantos seguirían la posición de Alberto Garzon?


Aunque la incógnita más importante en el seno del supuesto grupo parlamentario confederal de Pablo Iglesias es la del potente grupo de los seis diputados andaluces de Adelante Andalucía.

Los líderes andaluces de Adelante Andalucía incluso despreciaron públicamente la consulta organizada por Pablo Iglesias sobre la participación de Podemos en un gobierno de Pedro Sanchez.
Ellos abogaban directamente por no participar de ninguna forma en un gobierno socialista y se inclinaban por la fórmula “a la portuguesa” : investir a Pedro Sanchez como presidente pero permanecer en la oposición ejerciendo la labor de control y reivindicación.
¿Cuántos y cuales de los seis diputados andaluces de Podemos cumplirían sin rechistar el pacto de lealtad institucional que ofrece Pablo Iglesias al PSOE?
¿Y cuántos seguirían las instrucciones del grupo Anticapitalista de la dirección andaluza?

Hay más casos, como el del diputado Juanjo Lopez de Uralde, representante de equo), que también se inclina por negociar un programa de consenso que recogiese por escrito los puntos programáticos del gobierno y controlar desde la oposición, desde fuera del gobierno, su cumplimiento.

De cualquier forma, los casos descritos nos parecen suficientes para comprender el alto grado de desconfianza que Pedro Sanchez manifiesta hacia Pablo Iglesias…pero sobre todo hacia el compromiso y la actitud el Grupo Parlamentario de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común.
Cuatro años de legislatura pendientes de las imprevisibles volteretas de muchos de los cuarenta y dos diputados de Podemos son muchos años.
Y muy largos. ¡Larguísimos!

Puede que a día de hoy y una vez tristemente consumado el fracaso de la sesión de investidura del candidato socialista Pedro Sanchez, todas estas disquisiciones suenen a entelequias de salón.
Pero lo que permanece constante es la inquietante heterogeneidad en los posicionamientos ideológicos y políticos de una buena parte de los miembros del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos, En Comú Podem y Galicia en Común.
Una inquietud que se ve agrandada por el hecho de que los previsibles malos resultados electorales de Podemos (o lo que quede de ellos) en unas hipotéticas elecciones generales en Noviembre aumenten la descomposición interna y la anarquía del grupo.

¡Como para confiar nada menos que la gestión de la Sanidad Pública española a esa mescolanza, por dios!

Nuestra opinión es que, afortunadamente, eso no va a ser preciso.
Eso sí, siempre y cuando el PSOE sea capaz de gestionar adecuadamente el tiempo y los tiempos, la estructura del famoso relato, etc., y teniendo en cuenta que casi la mitad de los 42 diputados del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos ya se ha manifestado abiertamente por la fórmula de gobierno a la portuguesa (acuerdo de investidura y gobernar en minoría con los 127 diputados socialistas) mediante un programa común negociado y consensuado.

Desde luego y por lo que respecta a la acción de gobierno en relación con la Sanidad Pública, es de suponer que ese programa común consensuado no sería ningún obstáculo en lo fundamental.

Y por supuesto sería mucho más fácil ese consenso sobre la Sanidad Pública con Unidas Podemos que si tuviera que producirse con el Partido Popular y con Ciudadanos.

Así que…¡manos a la obra y desde ya mismo!


No hay comentarios:

Publicar un comentario