La
lista de asuntos graves y urgentes que tiene sobre la mesa la nueva Consellera
de Sanitat, Ana Barceló, es abrumadora : el seguimiento del revertido Hospital
de La Ribera, la mejora de las listas de espera quirúrgicas y diagnósticas, el
controvertido asunto del transporte sanitario…y en un futuro inmediato la
solución a la problemática de los contratos de resonancias magnéticas, la
evolución de la prevista reversión del Hospital de Denia, de los contratos del
servicio de hemodiálisis, etc., etc.
En
todos los casos se trata de problemas muy serios que vienen arrastrándose desde
hace muchos años, especialmente desde los dramáticos recortes en la sanidad
pública valenciana en 2012 y que la consellera ha recibido como una herencia
envenenada con la que tendrá que seguir lidiando durante los próximos meses.
Pero es
muy esperanzador que toda esta apabullante problemática no la haya distraído en
la definición de sus prioridades estratégicas, más allá del día a día.
La
consellera acierta de pleno en su decisión de pasar a la ofensiva en el escalón de
la Atención Primaria, que no es un tema tan mediático como los hospitalarios
pero que es tan decisivo, o más, para mejorar la calidad del servicio público de
Sanidad. Como dice la consellera, la Atención Primaria es la puerta de entrada al conjunto del sistema de salud de la Comunitat.
Su
incursión de esta semana en la provincia de Alicante, pateándose junto a su
plana mayor las trincheras de primera línea de fuego de los ambulatorios y
centros de salud así lo demuestra. Y se trataba de un terreno ciertamente
caliente.
Pero no
solo ha atacado el tema de las infraestructuras físicas, sino que está yendo
más allá, casi hasta el corazón del problema : los recursos humanos, sin los cuales ninguna estrategia
sanitaria es viable.
Efectivamente,
en septiembre se celebrarán las oposiciones para proveer 762 nuevas plazas de
personal sanitario al tiempo que se comenzará a abrir un boquete en la insostenible tasa
de temporalidad y precariedad que afecta al sistema valenciano de salud : 288 plazas de promoción interna para
cambiar el status laboral de otros tantos trabajadores sanitarios, actualmente
interinos precarios.
El
objetivo final marcado por la Consellera Ana Barceló es más que ambicioso, casi
revolucionario : incorporar hasta 2020 18.000 nuevos trabajadores sanitarios y
reducir la tasa de temporalidad hasta un exiguo 8%, la considerada tasa técnica mínima.
Que la
fuerza la acompañe.

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